dijous, 4 d’abril del 2013

Un conte 'La ventana del hospital'

Comparteixo aquest conte. Desitjo que us agradi i ens inspiri a mirar què portem al nostre interior, qüestionar-nos els filtres a través dels quals mirem la vida i, malgrat els núvols, pintar la vida de colors.

"El que és fora és dins, i el que és dins, és fora" 

.

La ventana del hospital

Dos hombres, ambos seriamente enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital.
A uno de ellos se le permitía sentarse en su cama por una hora cada tarde para ayudar a drenar los fluidos de sus pulmones. Su cama estaba junto a la única ventana del cuarto.

El otro hombre debía permanecer todo el tiempo en su cama tendido sobre su espalda.
Los hombres hablaban por horas y horas. Hablaban acerca de sus esposas y familias, de sus hogares, sus trabajos, su servicio militar, de cuando ellos han estado de vacaciones, etc.


Y cada tarde en la cama cerca de la ventana, el hombre que pedía sentarse,se pasaba el tiempo describiéndole a su compañero de cuarto las cosas que él podía ver desde allí.

El hombre en la otra cama, comenzaba a vivir, en esos pequeños espacios de una hora, como si su mundo se agrandara y reviviera por toda la actividad y el color el mundo exterior. Se divisaba desde la ventana un hermoso lago, cisnes, personas nadando y niños jugando con sus pequeños barcos de papel. Jóvenes enamorados caminaban abrazados entre flores de todos los colores del arco-iris. Grandes y viejos arboles adornaban el paisaje y una ligera vista del horizonte en la ciudad podía divisarse a la distancia.


Como el hombre en la ventana describía todo esto con exquisitez de detalle, el hombre de la otra cama podía cerrar sus ojos e imaginar tan pintorescas escenas.


Una cálida tarde de verano, el hombre de la ventana le describió un desfile que pasaba por ahí. A pesar de que el hombre no podía escuchar a la banda, él podía ver todo en su mente, pues el caballero de la ventana le representaba todo con palabras tan descriptivas. Días y semanas pasaron.

Un día la enfermera de la mañana llegó a la habitación llevando agua para el baño de cada uno de ellos, y descubre el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, él mismo que había muerto tranquilamente en la noche mientras dormía. Ella se entristeció mucho y llamó a los dependientes del hospital para sacar el cuerpo.

Tan pronto como creyó conveniente, el otro hombre pregunto si podía ser trasladado cerca de la ventana. La enfermera estaba feliz de realizar el cambio, luego de estar segura de que estaba confortable, ella le dejó solo. Lenta y dolorosamente se incorporó apoyado en uno de sus codos para tener su primera visión del mundo exterior.


Finalmente, iba a tener la dicha de verlo por si mismo, se estiró para, lentamente, girar su cabeza y mirar por la ventana que estaba junto a la cama. Solo había un gran muro blanco. Eso era todo..

El hombre preguntó a la enfermera qué pudo haber obligado a su compañero de cuarto a describir tanta cosas maravillosas a través de la ventana. La enfermera le contestó que ese hombre era ciego y que por ningún motivo él podía ver esa pared.


Ella dijo:
- Quizás él solamente quería darle ánimo.


Publicat en el llibre 'Cuentos con alma' de Rosario Gómez (2006)

1 comentari:

  1. Gràcies Tere, és un conte preciós, m'ha encantat!
    Una forta abraçada d'una enamorada dels contes que t'acaricien l'ànima. Sandra

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